Saltar al contenido
Inicio » Génesis y Gesta heroica del Heroico Colegio Militar

Génesis y Gesta heroica del Heroico Colegio Militar

batalla chapultepec colegio militar
  • Antecedentes¹³.

El génesis de la historia del Colegio Militar se remonta con el reglamento para la artillería de la Nueva España, que data de 1765, en donde se indicaba la orden de crear una escuela para brindar instrucción a oficiales y tropa mediante el método que existía en España, pero por diversas circunstancias no se logró consolidar en ese momento.

A finales del siglo XVIII, existía una política por el gobierno peninsular que indicaba que en el virreinato de la Nueva España estaba prohibido que los ciudadanos criollos y mestizos pudieran ocupar puestos de Oficiales, Jefes y Generales en el Ejército.

Desde aquellos días se empleaba la palabra “Cadetes”,  para definir a los estudiantes de una academia militar -que no era otra cosa que aspirantes a oficiales- en un inicio la instrucción era en el lugar de procedencia, se considera que en ese momento no existía una doctrina militar bien definida. 

Debido a esta situación, el Brigadier español Diego García Conde propuso en el año de 1817 al gobierno virreinal, la creación de una escuela militar para todos aquellos jóvenes que fueran voluntarios para abrazar la carrera de armas. García Conde fue nombrado como Director General del Cuerpo de Ingenieros y comenzó a darle forma a un Colegio Militar que formaría a los futuros oficiales de las armas del Ejército.

En febrero de 1822, la Academia finalmente quedó instalada en forma provisional en el edificio que antes ocupara el tribunal de la Santa Inquisición y como primer Director el General Brigadier Don Diego García Conde, recibiendo este plantel de manera oficial la denominación de Academia de Cadetes, Academia de Ingenieros y Colegio Militar de México.

El primer nombre que recibió dicha escuela fue “Academia de Cadetes”; las materias del plan de estudios fueron: dibujo, matemáticas, cálculo infinitesimal y adiestramiento. La primera antigüedad se compuso de 16 alumnos de una compañía original de 80.

El Colegio Militar a lo largo de su historia.

  • En 1824Guadalupe Victoria ordena la creación del “Colegio de Aspirantes de Marina” o “Escuela Náutica de Tlacotalpan”, formándose el pie veterano de esta escuela.
  • En marzo de 1828, retorna a México el Colegio Militar de Perote, quedando instalados provisionalmente en el convento de Betlehemitas.
  • El 1 de julio de 1828 se instala nuevamente en el edificio de la antigua Inquisición.
  • El 11 de septiembre de 1828, el General Santa Anna se sublevó en XalapaVeracruz, desconociendo el proceso electoral y al Presidente Guadalupe Victoria, proclamando a Vicente Guerrero como ganador. El cuartelazo se inició cuando los rebeldes en masa capturan el edificio de La Acordada. En ese instante, los alumnos del Colegio Militar se presentaron en el Palacio Nacional poniéndose a disposición del Presidente Guadalupe Victoria, y combatieron de la Alameda Central a Palacio Nacional durante 4 días. El 4 de diciembre se concertó un armisticio y el Colegio Militar regresa a su cuartel de la ex Inquisición y continúa con sus actividades normales.
  • El 13 de julio de 1840, estalló una asonada encabezada por Valentín Gómez Farías, el General José Urrea y otros, mismos que lograron penetrar en las habitaciones del presidente Anastasio Bustamante, haciéndolo prisionero. Aquí existe una participación de los alumnos del Colegio Militar en la columna de ataque y los de menor edad formaron parte de la reserva en la Guarnición de la Ciudadela.
  • El 28 de noviembre de 1846, encontrándose de Director del Colegio Militar el Capitán Graduado de Navío Francisco García, se suscitó el motín de los “Polkos”, mismos que pedían que el Colegio Militar definiera su situación política y que los secundara, la respuesta que recibió fue que el “Colegio no era político y no tenía otra misión más que el estudiar”, negándose a secundar el motín.
  • En septiembre de 1847, siendo Director el Coronel de Ingenieros Mariano Monterde, ante el avance de los estadounidenses, que la noche del día 11 emplazaron sus baterías entre las Haciendas de La Condesa y Chapultepec, al amanecer del día 12 rompen fuego sobre el Castillo de Chapultepec. En el transcurso del día 13 es atacado el Castillo, resultando muertos por la patria el Teniente Juan de la Barrera y los alumnos Francisco MárquezFernando Montes de OcaVicente SuárezAgustín Melgar y Juan Escutia.
  • En 1858 el Colegio Militar se trasladó al Extemplo de San Pedro y San Pablo (calle del Carmen), el cual hoy en día pertenece a la UNAM donde instaló la Hemeroteca Nacional y hoy el Museo de las Constituciones.
  • El 15 de octubre de 1858, se presentaron las fuerzas del General Miguel Blanco procedentes de Toluca con intenciones de atacar la capital. Los alumnos del Colegio Militar fueron conducidos a ocupar la Garita de San Cosme, donde combatieron férreamente, resultando muertos en el cumplimiento de su deber dos alumnos.
  • En 1867, el Colegio es restablecido y ocupa como nueva sede parte del Palacio Nacional, luego en el ex Convento de Santa Catarina.
  • Los Cadetes de Marina se desvincularon del Colegio Militar cuando se fundó la Escuela Naval de Veracruz en 1897.
  • Después ocupó el edificio de la Escuela Militar de Aspirantes, clausurado nuevamente por el gobierno revolucionario en agosto de 1914 como una resultante de los Tratados de Teoloyucan.
  • El 1 de enero de 1920 se clausura esta academia y se restablece el Colegio Militar, asignándole un edificio que por muchos años le albergó en Popotla, inaugurado oficialmente el 5 de febrero del mismo año.
  • En 1920Venustiano Carranza al enfrentar la rebelión de Agua Prieta, ordenó que a los alumnos del Colegio Militar se les dejara en libertad de decidir entre quedarse en la Capital o marchar con el Gobierno a Veracruz; todos permanecieron leales a Carranza. Después se embarcaron en la estación de ferrocarriles de Buenavista. Amaneciendo el día 8 de mayo en ApizacoTlaxcala, desembarcó la Escuela de Caballería, debido al intenso ataque del enemigo, cubriendo la retaguardia. Como el enemigo seguía atacando la retaguardia, el Coronel Rodolfo Casillas – apoyado por los dragones del General Pilar R. Sánchez – ordenó la última carga al sable de la caballería en América, que cubrió de gloria al Colegio Militar, logrando poner en fuga al enemigo.
  • El 10 de mayo de 1920, se reunieron en San Marcos los trenes que transportaban a Carranza y sus tropas, entre ellas el Colegio Militar. Allí fueron atacados y obligados a avanzar en dirección de los Aljibes, donde fueron sitiados.
  • El 20 de diciembre de 1949, se declaran “Heroicos” al Colegio Militar y la Escuela Naval Militar por decreto del Honorable Congreso de la Unión.
  • El 13 de septiembre de 1976, se inauguran en ceremonia solemne las nuevas instalaciones del Heroico Colegio Militar en el Campo Militar No. 1-C, Tlalpan, Distrito Federal.
  • El 4 de septiembre de 2002, es declarada la ciudad de Perote “Cuna del Colegio Militar” en sesión solemne de la Honorable Quincuagésima Novena Legislatura del Congreso del Estado de Veracruz.
  • El 1 de septiembre de 2007, por primera ocasión se permite el ingreso de personal femenino como cadetes, para cursar sus estudios y egresar como oficiales del servicio de intendencia.
  • En el año 2012, se apertura el ingreso de personal femenino a las carreras de las Armas de Artillería y Zapadores que se imparten en el Heroico Colegio Militar.
  • En el año 2016, se implementa el Curso de Formación de Oficiales de Policía Militar en el Heroico Colegio Militar.
  • Los Cadetes del Colegio Militar durante la Gesta Heroica.
  • La batalla de Chapultepec fue un conflicto armado que tuvo lugar el día lunes 13 de septiembre de 1847 en el cerro llamado Chapultepec, que se ubica en las proximidades de la Ciudad de México. En el combate intervinieron los ejércitos de Estados Unidos y de México. El motivo de la batalla, y de la invasión en general, fue porque Estados Unidos deseaba apoderarse del territorio al norte del Río Bravo, incluido Texas, por lo que México se defendió.
  • Las primeras batallas en el Valle de México fueron en PadiernaChurubusco y Molino del Rey, donde los estadounidenses se alzaron con la victoria. Uno de los últimos bastiones que defendía la ciudad era el Cerro y Castillo de Chapultepec en donde se encontraba el Colegio Militar, con alrededor de 100 alumnos y 800 soldados de diferentes batallones del Ejército Mexicano. Chapultepec estaba comandado por el general Nicolás Bravo, uno de los héroes de la independencia. También estaban presentes hombres del Batallón de San Blas bajo las órdenes del Teniente Coronel Felipe Santiago Xicoténcatl.
  • En aquel entonces, en el Cerro del Chapulín (Chapultepec en idioma náhuatl) se encontraban las instalaciones del Colegio Militar estaba dirigido por el General José Mariano Monterde con cerca de 100 alumnos y un número reducido de defensores sobrevivientes de las anteriores batallas, y auxiliada la defensa por el Batallón de San Blas.
  • El ejército estadounidense comenzó el bombardeo durante todo el 12 de septiembre a la línea de defensa. El día 13 realizaron el asalto al Castillo y en este ataque fallecerían cerca de 300 soldados mexicanos así como el comandante del Batallón de San Blas: Felipe Santiago Xicoténcatl quien defendió la bandera y resultó herido, y así continuó combatiendo e instando a sus hombres a continuar defendiendo el punto, lamentablemente una nueva bala lo hiere gravemente y cae envuelto en la bandera de su batallón. La posición fue ganada con relativa facilidad por las tropas de Worth, Quitman y Pillow.
  • En aquel día 13 de septiembre comenzó nuevamente un bombardeo, desde los primeros rayos del sol hasta las 8 de la mañana, momento en que dejan de bombardear, fue la señal para iniciar el asalto al Castillo. El general Santa Anna envió al Batallón de San Blas para auxiliar la defensa del Castillo de Chapultepec, la única ayuda enviada a pesar de que Nicolás Bravo había solicitado más refuerzos porque el asalto a Chapultepec era inminente. Mientras tanto, Santa Anna estaba con parte del ejército repeliendo otro ataque en la entrada del bosque de Chapultepec, al oriente del cerro, y no se dio cuenta de que el verdadero asalto al Castillo se daba desde el occidente, hasta que ya era demasiado tarde.

El batallón de San Blas con sólo 400 hombres se enfrentó al pie del cerro, contra las divisiones de Worth, Quitman y Pillow, hasta quedar diezmado (sólo 2 de los 400 del batallón de San Blas sobrevivieron la batalla). Finalmente las divisiones antes mencionadas toman la posición con relativa facilidad pues sólo se enfrentaron a una pequeña guarnición de 832 soldados unos 60 u 80 cadetes y 4 cañones. Para el triunfo sobre el Castillo, el ejército estadounidense aún debió pelear el resto del día para llegar a la entrada de la Ciudad de México teniendo ese día cerca de 600 de bajas.

  • Dentro de este episodio se ubica el evento conocido en México como el “Martirio Heroico de los Héroes de Chapultepec”. Después de la batalla de Molino del Rey (el 8 de septiembre), el general Mariano Monterde, Director del Colegio Militar le pidió a los Cadetes que se fueran a sus casas, pues era el último baluarte de defensa. Algunos alumnos le solicitaron permiso para permanecer acuartelados y defender al país de los invasores hasta la muerte.
  • Las edades de los cadetes oscilaban entre los 12 y 18 años; los instructores Oficiales a cargo tenían un poco más de edad, pero jóvenes todavía. El resto de la tropa de primera línea se encontraba muy reducida pues los remanentes habían sido desplazados hacia varios puntos, la mayor parte del ejército de línea ya había sido destrozado en el norte en el oriente y la misma capital del país.
  • En el fragor de la batalla se solicita permiso al General Nicolás Bravo para huir con los cadetes, pero el general no quiso o no pudo decidir un curso de acción, principalmente por el eco en que se encontraba la defensa después de la deserción en masa de la mitad de los efectivos de línea. Lo único que pudo hacer fue asignar a los remanentes del Batallón de San Blas a los dormitorios y a la protección de los cadetes que quedaron a defender el castillo. Sin órdenes que cumplir y viendo al enemigo avanzar, los cadetes líderes trataron de decidir el curso a seguir intentando salir todos por el lado del jardín botánico.
  • En el lado oriente del Castillo de Chapultepec se colocó la Segunda Compañía de Cadetes, mientras que en la parte occidente era defendida por la Primera compañía. El ataque del ejército de los Estados Unidos empezó en la mañana del 13 de septiembre. A las 12 de la tarde la posición Caballero Alto sucumbe ante la embestida del enemigo por lo que Miguel Poucel ordena a la Segunda Compañía de aproximadamente 40 alumnos, 4 cabos y el sargento Teófilo Noris contraatacar antes de que el ejército enemigo atacara primero.

Poucel encarga a Teófilo Noris proveer de fusiles cargados a los cadetes, mientras las municiones se agotaban Agustín Melgar se encerró en la biblioteca donde esperaba recibir con disparos al enemigo matando a uno de ellos, Melgar fue herido y falleció después de amputársele la pierna, al día siguiente. La segunda compañía no recibió más órdenes debido a que el General Monterde había sido tomado prisionero en la parte occidental del colegio. Miguel Poucel ordena colocar las armas en el suelo en señal de que estos jóvenes jamás las entregarían personalmente.

  • La historia oficial mexicana recuerda en particular a seis de esos jóvenes que perdieron la vida en el combate. A estos jóvenes cadetes se les llama Niños Héroes de Chapultepec porque fueron los últimos en oponer resistencia aun cuando el general había ordenado rendirse. Durante el siglo XIX se dio especial realce al Batallón de San Blas, del cual fallecieron casi todos sus soldados al pie del cerro defendiéndolo contra el ejército estadounidense. En el Castillo de Chapultepec, hoy Museo Nacional de Historia, y sus alrededores se conmemora mediante placas los puntos donde murieron estos jóvenes defensores mexicanos conocidos como los Niños Héroes. La mayoría de los sobrevivientes de la batalla fueron hechos prisioneros.
  • El general Scott había calculado que las fuerzas mexicanas que aún quedaban debían ser atacadas lo más pronto posible, para no darles la oportunidad de reforzarse, además pretendía aprovechar la confusión y el desaliento después de haber perdido el Colegio Militar, por ello ordenó al general Quitman que avanzara por la calzada de Belén para distraer a las fuerzas mexicanas mientras una columna comandada por el general Worth dirigía un ataque a la garita de San Cosme, que era considerado como el punto más vulnerable para entrar a la Ciudad de México, el plan de Scott consistía en dirigir la atención a la garita de Belén sin tomarla y mientras el ataque principal se dirigía en contra de la garita de San Cosme, sin embargo el plan tomó un giro inesperado cambiando los papales, la columna de Quitman fue quien tomó la posición primero.
  • La resistencia y tenacidad de los mexicanos quedó representada por el grupo de soldados en la esquina izquierda inferior, cada uno bien equipado y uniformado, parecen dirigirse hacia donde apunta el jinete con su sable, ubicado un poco a la derecha del segmento del muro que comienza del lado izquierdo, por dirección donde apunta el jinete parece indicar el flanco izquierdo de la garita; de igual manera esos últimos destellos de coraje desafiante a un final preconcebido, son depositados en los soldados que entran a la escena desde arriba de la esquina inferior derecha, aun sabiendo que su empresa es una causa perdida tienen una postura que denota decisión y estoicismo.

Segunda parte.

  • Reflexiones de la Mtra. Jocelyn Linares Alonso.

En esta segunda parte del artículo nos gustaría ofrecer una visión crítica la hazaña épica de los niños héroes explicada desde el discurso de la historia patria, así como también, ofrecer un breve recuento de la manera en que la conmemoración fue utilizada por los diferentes presidentes a lo largo del tiempo.

Concretamente, el discurso de la historia patria y su enseñanza en el convulso México independiente jugaron un papel primordial, pues se concibió como un pilar para formar mexicanos a la altura del país que se deseaba construir. Su propósito consistía en educar para formar hombres industriosos, trabajadores, liberados del fanatismo y desde luego, para formar ciudadanos, para esto último, había que enseñar los principios políticos de la nueva forma de gobierno, es decir, la democracia, que a su vez incluyera los valores liberales de la modernidad que llevarían al país al progreso.

Asimismo, la enseñanza de la historia patria tuvo un papel creciente dentro del propósito antes referido, en especial a partir de 1850 cuando comenzó a tener una importancia cada vez mayor. En un primer momento, hubo un gran interés por que la historia se enseñara desde los niveles elementales hasta los superiores, pues desde la visión de algunos intelectuales e ilustrados de la época, la enseñanza de la historia podía tener una utilidad para todos, incluso para los niños, la cual radicaba en una utilidad moral. Se consideraba que la historia era capaz de proporcionar lecciones éticas y que, a través de las biografías de los grandes hombres; la enseñanza de sus acciones individuales se podría incitar a los ciudadanos en formación a emular y orientar la conducta, tanto en la vida pública como en la vida privada.

Tras la intervención norteamericana- que es el marco donde tiene lugar la hazaña épica de los niños héroes- y el balance negativo que se tenía sobre los primeros años de vida independiente trajo consigo un cambio en la manera de concebir la enseñanza de la historia. En primer lugar, surgió una necesidad de recurrir al pasado para intentar explicar y comprender los fracasos del presente, en segundo lugar; las posiciones políticas se radicalizaron y dieron lugar a los dos proyectos de nación: el liberal y el conservador. En ambos proyectos de nación el estudio del pasado de nuestro país se vio como un instrumento para formar a los ciudadanos.[1]

Es necesario incidir que la Guerra con Estados Unidos, es quizá, uno de los episodios más traumáticos en la historia de México, pues se perdió más de la mitad del territorio[2] y se ondeó por primera vez la bandera estadounidense en Palacio Nacional[3], concretando así el triunfo norteamericano. Razón por la cual, la construcción del relato de los niños héroes basado en el heroísmo de los seis jóvenes cadetes sirvió y ha servido para hacer frente a la derrota mexicana a manos del ejército estadounidense, sin embargo, años más tarde la historia patria, nacionalista y oficialista se encargaría de exprimir dicho relato hasta dejarlo completamente inserto en el imaginario de los mexicanos como se verá más adelante.

La conmemoración de los niños héroes sería vista y revalorada como una “derrota heroica” hasta la República Restaurada (1871), en los años siguientes la sería intermitente y sujeta a los discursos y decisiones de cada gobierno en turno. Sin embargo, sería durante el Porfiriato- especialmente con motivo del Centenario de la independencia- cuando cobraría significado en el imaginario mexicano y el discurso de la historia patria se pondría en marcha al enaltecer la valentía, el heroísmo y la juventud de los cadetes que perdieron la vida al defender a la patria mexicana de los invasores del norte.

Con la llegada de la Revolución Mexicana, la conmemoración como tantas otras cosas se vería interrumpida, a pesar del conflicto armado para los presidentes Francisco I. Madero y Venustiano Carranza sería una fecha digna de recordar y ser celebrada, no obstante, sucedería lo opuesto con la subida al poder del grupo de los sonorenses[4], durante estos gobiernos la hazaña heroica de los jóvenes cadetes pasaría a segundo término, probablemente porque la relación con el país vecino del norte  siempre había sido incómoda, en especial por la línea fronteriza entre Sonora y Estados Unidos.[5] Concretamente, Plutarco Elías Calles no fue afecto a dicha conmemoración, el 13 de septiembre de 1927 estaba prevista su asistencia, la cual fue cancelada de último momento,  acudió en su representación un funcionario de la entonces Secretaria de Guerra.

Sería con el presidente Lázaro Cárdenas con quien se retomaría y la conmemoración tomaría altos vuelos, pues la organización pasó a ser casi por completo obra del gobierno. Durante la presidencia de Manuel Ávila Camacho la conmemoración decaería ya que no resultaba conveniente reabrir viejas heridas entre México y Estados Unidos cuando la relación comenzaba a mejorar. En especial, cuando el vínculo entre ambos países tendría su momento más significativo al convertirse en aliados durante la Segunda Guerra Mundial, bajo ese contexto, el historiador Enrique Plascencia de la Parra dice: “el  recuerdo de la invasión estadounidense no era lo más apropiado para un presidente que quería convencer a sus connacionales de los beneficios de la alianza con Estados Unidos”.[6]

Con el gobierno de Miguel Alemán se inauguró la política del “buen vecino”, con la cual relación entre México y Estados Unidos vivió su momento más álgido. El 3 de marzo de 1947, por primera vez un presidente estadounidense piso la capital mexicana y en un gesto significativo y totalmente simbólico Harry S. Truman rindió una ofrenda y guardia de honor en el obelisco a los niños héroes, tratando de cicatrizar la vieja herida entre ambas naciones.

Finalmente, en este brevísimo recuento vale la pena mencionar el discurso entorno a la conmemoración de los niños héroes en el año de 1968 y la conexión con el movimiento estudiantil. Al respecto  Enrique Plascencia de la Parra nos cuenta:

A la ceremonia de 1968, el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz acudió  acompañado de su gabinete. El primer orador, en representación de la juventud militar fue el cadete Saúl Hernández Dorantes y declaró que los niños héroes habían dado al país personalidad ante el mundo, y que nosotros “somos herederos de tan sublimes ejemplos y por ello estamos obligados a la superación y el estudio”, por lo tanto, el heroísmo debía conseguirse en las aulas. Por su parte, Alfredo V. Bonfil consideraba que la juventud podía optar por dos caminos, el de aquellos que quieren demoler todo lo construido por generaciones anteriores, o el de quienes valoran esas experiencias, pero rechazan sus aspectos obsoletos con el propósito de construir un mejor futuro.[7]

Resulta evidente que en ambos discursos se descalificaba al movimiento estudiantil el cual sería reprimido violentamente en menos de un mes, concretamente el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. De esta manera, el recorrido que hemos emprendido nos lleva a reflexionar sobre cómo la conmemoración de los niños héroes se convirtió en una celebración cercana al poder, aunque es importante aclarar que en principio surgió para darle sustento institucional  al Colegio Militar y para que a su vez, el Estado mexicano reconociera a el colegio como el paradigma de las virtudes militares que necesitaba el país durante las últimas décadas del siglo XIX.

En esta segunda parte del artículo hemos visto como los seis cadetes pasaron a convertirse en un ejemplo para toda la juventud mexicana y la manera en la que el mito de los niños héroes no ha sido siempre el mismo, pues se ha adaptado a distintas circunstancias y ha servido a múltiples intereses tanto históricos como políticos. Por último, podemos anotar que la conmemoración de los jóvenes cadetes fue impuesta de arriba hacia abajo, es decir, del Estado a la sociedad, sin embargo, con el pasar de los años se ha dado un proceso inverso, pues la sociedad se ha apropiado del mito y lo ha dotado de sus propios contenidos, enriqueciéndolo y democratizándolo, además de cumplir con su propósito inicial: ofrecer modelos para emular y orientar la conducta de los ciudadanos mexicanos.

Tercera parte.

  • La formación militar, temple de acero del Colegio Militar.

Durante el génesis y trayectoria del Colegio Militar, todos sus alumnos se han distinguido principalmente al demostrar su voluntad para abrazar la carrera de las armas y el orgullo  de pertenecer al Ejército Mexicano. Debido a su tipo de formación castrense, se le ha denominado al Colegio Militar como el “Yunque, forjador de hombres de Guerra”, que a lo largo de las diferentes etapas de la historia militar mexicana, ha participado en varios hechos de armas, que hasta nuestros días siguen existiendo, -incluso- algunas anécdotas entre las antigüedades que se han convertido en mito, con su peculiaridad de los tiempos modernos. Como por ejemplo tenemos la frase mítica del General de Brigada Luis Ángel Fuentes Álvarez (último Director Táctico, 1991-1994) que a la letra dice “…No hay honor más grande para un buen militar, que le asignen trabajo y más trabajo…” entre otras. La formación en el Colegio Militar, siempre se ha caracterizado por ser dura, férrea y con mucha disciplina, para forjar el carácter de futuro oficial que tendrá que enfrentarse a un ambiente inhóspito y que el día de hoy requiere mayor preparación para sortear los obstáculos, ya que han mutado las diferentes problemáticas sociales, económicas y de seguridad en nuestro país.  

La vida diaria de un cadete comienza desde el toque de diana hasta el toque de silencio, están programadas de manera cronométrica cada una de sus actividades. Los cadetes antiguos tienen la obligación de enseñar al cadete de nuevo ingreso sobre el buen desarrollo de cada una de las actividades académicas y las colectivas en el interior de su pelotón, sección y compañía, bajo la dirección de sus Oficiales, su Comandante de Batallón y la supervisión del Comandante del Cuerpo de Cadetes. Además, la principal característica de un cadete es la vocación, con la premisa de que mandará mejor quien mejor sepa obedecer y conforme va avanzando de año, los cadetes que observen buen desempeño, son promovidos para adquirir la distinción de cadete de primera, los grados de cabo de cadetes, sargento segundo de cadetes (comandante de pelotón) y sargento primero de cadetes (ayudante de compañía) debiendo ser el ejemplo ante el resto de cadetes.

Cabe resaltar que todo egresado del Colegio Militar, tuvo que realizar en sus inicios el adiestramiento básico individual, que es primordial para adaptarse de la vida civil a la vida militar. Comienza la instrucción militar con las misiones del ejército, el conocimiento de las diferentes leyes y reglamentos militares en su marco jurídico, los toques militares, la redacción de los partes e informes, los tipos de servicios que se desempeñan, nociones de balística, empleo táctico y uso del armamento; su instrucción preparatoria de tiro, sanidad militar para brindar primeros auxilios, la orientación con brújula y uso de las cartas topográficas, los tipos de trabajos comunes que se realizan para el uso del camuflaje y la protección, así como la localización  y designación de objetivos, desplazamientos individuales en el terreno, la exploración y reconocimiento, operación de los medios de trasmisiones (radio), supervivencia y combate al arma blanca con bayoneta. Sin duda en esta etapa es la que brinda la cohesión, disciplina, fraternidad y lazos de amistad entre los miembros de los diferentes planteles militares, que conforman cada antigüedad (nombre que se les designa a los alumnos que ingresan en cada año y logran graduarse al final del ciclo del curso de formación).

Por último, podemos considerar que un legado que nos brinda el Colegio Militar en nuestros días, es la gran oportunidad para todos aquellos jóvenes mexicanos de diversas clases sociales, que desean servir a la patria, así como superarse, forjando su propio carácter, portando con orgullo el uniforme verde olivo, ya que en un futuro conformarán los cuadros de Generales, Jefes y Oficiales del Nuestro Ejército Mexicano.

Cabe señalar, que el Liderazgo que se desarrolla tiene como principal característica es predicar con el ejemplo, asumiendo el precio de cada una de las responsabilidades no culpando a otros, -incluso- siempre se está dispuesto a acudir con los superiores para defender a los subordinados cuando fuere necesario. Esta característica hace que las tropas los sigan hasta el final, tal como lo establece el General Sunt Tzu “…Considera a tus soldados como a tus hijos y te seguirán hasta los valles más profundos; míralos como tus propios amados hijos y estarán a tu lado incluso en la muerte…”.

Todos los hijos del Colegio Militar aceptamos el ineludible compromiso de Lealtad incondicional hacia México. Cada una de las exigencias que impone cada uno de los actos del servicio es parte del cumplimiento del deber, para ser dignos de confianza.Deseamos que esta breve reseña sirva para conocer dos puntos de vista, donde se desprende una visión analítica de la historia y Legado del Heroico Colegio Militar.  

¡Por el Honor de México!

Mtro. Juan Antonio Peña Mendoza

Licenciado en Derecho por el Colegio de Estudios Superiores del Estado de Guanajuato. Maestro en Proceso Penal Acusatorio por el Centro de Estudios de Alta Dirección. Capitán 2/o. de Infantería Ret. con 25 años de servicio, egresado del Heroico Colegio Militar. Es consultor en materia de seguridad, protección a funcionarios, diseño de manuales, profesionalización y estructura organizacional. Ha participado en la revisión y actualización de reglamentos, políticas y procedimientos en Petróleos Mexicanos. Cuenta con un diplomado por el Tecnológico de Monterrey y un curso de Seguridad Marítima y Ciencias Náuticas de la Escuela Náutica Mercante “ Cap. Alt. Fernando Silíceo y Torres”, si como diversos cursos de especialización, además ha participado como ponente en diversos seminarios sobre temas de seguridad y fuerzas armadas en la Facultad de Derecho de la UNAM y FES ACATLAN.

***

Este artículo fue elaborado con la colaboración de Jocelyn Linares Alonso, quien es licenciada en Historia y Maestra en Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. Ha participado como becaria de investigación en el Colegio Mexiquense y en la División de Historia del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas (CIDE). Actualmente se encuentra realizando una estancia de investigación en el Colegio Mexiquense A. C. Sus líneas de interés son la Historia del cine mexicano contemporáneo, la Historia de las Mujeres, la Historia del feminismo y la Historia contemporánea.

Referencias y reseñas históricas.

  1.  «11 de octubre de 1823 Fundación del Colegio Militar.». SEDENA. Archivado desde el original el 3 de agosto de 2011. Consultado el 16 de septiembre de 2011.
    1.  «http://www.sedena.gob.mx/index.php?id=232».
    1.  Guadalupe Victoria nunca fue depuesto. Entregó el poder al término de su cuatrienio a Guerrero. Ésto está mal
    1.  * SEDENA. (1973). Historia del Heroico Colegio Militar de México. México, Editor Offset Multicolor S.A. S/N.
    1.  «http://www.sedena.gob.mx/index.php?id=239».
    1.  «http://www.sedena.gob.mx/index.php?id=240».
    1.  «http://www.sedena.gob.mx/index.php?id=240».
    1.  «http://www.sedena.gob.mx/index.php?id=240».
    1.  «http://www.sedena.gob.mx/index.php?id=240».
    1. ↑ Saltar a:a b «http://www.sedena.gob.mx/index.php?id=234».
    1. ↑ Saltar a:a b «http://www.sedena.gob.mx/index.php?id=503».
    1.  «http://www.sedena.gob.mx/index.php?id=504».
    1. Página oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional
    1. Roldán Vera, Eugenia, “Los libros de texto de la Historia de México”, en Historiografía Mexicana. En busca de un discurso integrador de la nación 1848-1884, Vol. IV, (coords.) Juan A. Ortega y Medina y Rosa Camelo, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 2001, pp.491-524.
    1. Plasencia de la Parra, Enrique, “Conmemoración de la hazaña épica de los niños héroes: su origen, desarrollo y simbolismos”, en Historia Mexicana, México, El Colegio de México, Vol. XLV, n. 178 (2), octubre-diciembre 1995, pp. 241-279.

[1] Véase Eugenia Roldán Vera, “Los libros de texto de la Historia de México”, en Historiografía Mexicana. En busca de un discurso integrador de la nación 1848-1884, Vol. IV, (coords.) Juan A. Ortega y Medina y Rosa Camelo, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 2001, pp.491-524.

[2] Los territorios perdidos son los actuales estados de California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Utah, y parte de Colorado y Wyoming.

[3] La bandera se ondeó el 14 de septiembre de 1847.

[4] Se refiere a los generales sonorenses que llegaron a la presidencia. Concretamente,

[5] Además en 1847, Sonora tuvo que prepararse para enfrentar una posible invasión y anexión del territorio por parte del ejército estadounidense.

[6] Enrique Plascencia de la Parra, “Conmemoración de la hazaña épica de los niños héroes: su origen, desarrollo y simbolismos”, en  Historia Mexicana, México, El Colegio de México, Vol. XLV, n. 178 (2), octubre-diciembre 1995, pp. 263-264.

[7] Enrique Plasencia de la Parra, “Conmemoración de la hazaña épica de los niños héroes: su origen, desarrollo y

simbolismos”,  en Historia Mexicana, México, El Colegio de México, Vol. XLV, n. 178 (2), octubre-diciembre 1995, p.270.

Comparte

Shares