Hoy, en Campo Marte MX, abrimos este espacio urgente, sinuoso, necesario y fresco para hablar de cosas de las que nadie habla o habla muy poco o solo alcanza a imaginar, pero ahí están.
Falleció el general de División retirado Mario Ayón Rodríguez, militar de fuerte presencia, de arraigo y pundonor en las filas de la Sedena.
El general fue uno de los aspirantes más sólidos a convertirse en DN-1 durante años, hasta que el grupo compacto de Cervantes Aguirre le cerró el paso, lo congeló y dejó el terreno libre para la sucesión en tiempos de Cedillo y de Fox.
Lo terrible del fallecimiento del general Ayón fue su dolorosa agonía. El divisionario sufrió una tremenda caída hace varios meses cuando montaba uno de sus caballos favoritos.
El warm blood tres añero le cayó encima y le causó fracturas severas que lo mantuvieron en coma al menos tres meses, tiempo en el que los mejores médicos militares trataron de recuperarlo, pero los daños fueron extensos y definitivos.
Ayón practicaba, junto con varios divisionarios retirados, para desfilar el 20 de noviembre en una pasada especial, tal como lo habían hecho desde el sexenio anterior.
Ya traía algunos problemas severos en la columna y siguió practicando para desfilar con sus antigüedades. Fue en esas circunstancias como le sobrevino el accidente que lo postró y acabó cobrándole la vida.
El general secretario, Luis Cresencio Sandoval, lo honró en un acto muy emotivo, con todo el ceremonial militar.
“Hoy despedimos con Honores Fúnebres al Gral. Div. Ret. Mario Ayón Rodríguez, militar destacado a quien le reconoceremos siempre su compromiso, lealtad y vocación de servicio a México, dejando un gran legado entre las tropas”, escribió Sandoval en su cuenta de Twitter el 19 de enero.
